Aumento de casos de tularemia: una amenaza silenciosa transmitida por animales y vectores
January 3, 2025, Ganaderia Noticias
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La tularemia, también conocida como “fiebre del conejo”, es una infección bacteriana que ha registrado un aumento alarmante en los últimos años. Según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los casos de esta enfermedad bacteriana aumentaron en un 56% durante la década de 2010 en comparación con la década anterior, destacándose por su capacidad de ser transmitida por roedores, conejos, garrapatas y moscas de los ciervos.
Este aumento ha sido especialmente notable en ciertos estados de los Estados Unidos, como Arkansas, Missouri, Kansas y Oklahoma, que concentran casi la mitad de los casos registrados entre 2011 y 2022. A pesar de que la tularemia se ha reportado en 47 de los 50 estados del país, su incidencia sigue siendo particularmente alta en las zonas rurales y en áreas donde las personas están en contacto cercano con animales salvajes.
La tularemia es causada por la bacteria Francisella tularensis, que se considera un agente de nivel 1 debido a su potencial de ser utilizado como arma biológica. Aunque la tasa de letalidad de la enfermedad suele ser baja, por debajo del 2%, en algunos casos puede llegar hasta el 24% si no se trata adecuadamente. Afortunadamente, los antibióticos son efectivos para tratar la tularemia, aunque la enfermedad puede convertirse en neumonía grave si no se recibe tratamiento a tiempo.
Los síntomas de la enfermedad varían dependiendo de cómo las bacterias ingresan al cuerpo humano. Entre los más comunes se incluyen úlceras cutáneas, infecciones oculares, dolor de garganta, tos, dificultad para respirar e inflamación de los ganglios linfáticos. La transmisión de la enfermedad se puede dar por picaduras de garrapatas infectadas, contacto con animales enfermos, o incluso por beber agua contaminada. Los CDC alertan sobre el riesgo que representan los roedores y conejos infectados, que son los principales reservorios de la bacteria.
Grupos de riesgo particular incluyen a los pueblos indígenas de América y los nativos de Alaska, quienes tienen una tasa de infección cinco veces mayor que la de la población blanca. Los niños entre 5 y 9 años y los adultos mayores de 65 años también están más expuestos a la tularemia.
Las personas que viven en áreas donde la tularemia es más común pueden tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de infección. Los CDC recomiendan el uso de repelentes de insectos, así como ropa protectora, como pantalones largos y mangas largas, para evitar el contacto con garrapatas y otros insectos vectores. También se aconseja evitar el contacto con animales muertos o enfermos y utilizar guantes al manipular animales salvajes.
La creciente incidencia de la tularemia pone de relieve la importancia de la vigilancia y el monitoreo constante de las infecciones zoonóticas, que representan una amenaza potencial para la salud pública. Gracias a los avances en las pruebas de laboratorio, la detección temprana de la enfermedad ha mejorado, lo que podría explicar en parte el aumento de casos registrados.
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