Cómo conservar semilla criolla sin frigorífico ni almacén industrial

May 19, 2025, Agricultura Noticias

Semilla criolla: cómo cuidarla cuando no hay cámaras, costales nuevos ni dinero de sobra

Conservar semilla criolla no es solo guardar maíz o frijol. Es mantener viva la raíz de un pueblo. En el campo mexicano, miles de familias siembran año con año con semilla que no se compra, sino que se hereda. Pero no todos tienen acceso a almacenes adecuados, cámaras de refrigeración o costales nuevos. ¿Entonces cómo se conserva esa semilla sin que se eche a perder? Aquí te lo explicamos, como se ha hecho siempre: con lo que hay, con atención y con respeto a la tierra.

Primero lo primero: seleccionar es conservar

El error más común es pensar que cualquier grano sirve para semilla. Nada más lejos de la verdad. La conservación empieza en la cosecha. Las plantas más sanas, las que resistieron mejor el temporal, las que dieron buena mazorca o vaina, esas son las que deben elegirse. No uses semillas de plantas que se doblaron, se mancharon o dieron poco. Eso solo transmite debilidad a la siguiente generación.

Si estás guardando maíz, elige mazorcas con grano bien formado, sin deformaciones ni hongos. Si es frijol, selecciona granos uniformes, sin huecos ni puntos blandos. No mezcles semillas buenas con regulares. Separa lo que va para siembra y lo que va para el comal.

El secado es tan importante como la selección

Después de seleccionar, viene el secado. Aquí muchas semillas se pierden por apuradas. El secado debe ser lento, parejo y sin sol directo. El sol quema el embrión del grano, aunque por fuera se vea bien. Lo mejor es secar bajo techo, en sombra, con buena ventilación. Usa zarandas, petates, costales abiertos o incluso tablas cubiertas con manta.

La semilla debe quedar seca al tacto, pero sin que se quiebre con facilidad. Si al apretarla suena y se rompe, está demasiado seca. Si al guardarla todavía está caliente, hay humedad. Y eso con el tiempo trae hongos o fermentación.

¿Dónde guardarla sin refrigeración ni almacén grande?

No hace falta tener una bodega industrial. Muchos campesinos han conservado semilla por generaciones con métodos sencillos:

1. En botellas o garrafones con ceniza

Coloca la semilla en una botella de plástico limpia y seca. Agrega una capa fina de ceniza de leña (sin carbón). Esto absorbe humedad y espanta insectos. Cierra bien y guarda en lugar fresco y sin luz directa.

2. En ollas o botes de barro selladas

Este método tradicional funciona bien en climas templados. Se colocan los granos dentro, se cubren con tela y barro seco. El barro sella el recipiente y no deja entrar humedad ni bichos.

3. En costales colgados y ventilados

Si se usan costales, que sean transpirables (de ixtle o yute) y estén colgados del techo, no en contacto con el suelo. Evita los de plástico cerrado porque condensan la humedad.

Evita estos errores (muy comunes)

  • No revisarla durante meses. La semilla también necesita supervisión.
  • Guardarla en lugares donde hay humo constante o humedad.
  • Meterla en envases que antes tuvieron productos tóxicos o aromáticos.
  • Etiquetar mal o no poner fecha. Luego no se sabe de qué año es cada lote.

Cómo saber si la semilla aún sirve

Haz una prueba sencilla antes de la siembra:

Coloca 10 semillas en una servilleta húmeda, dentro de una bolsa plástica pero abierta. Déjala en sombra y revisa a los 5 días. Si germinan al menos 7, la semilla aún sirve. Si germinan menos de 5, considera renovarla o mezclar con semilla nueva.

¿Cuánto tiempo se puede guardar una semilla criolla?

Depende del tipo. El maíz, si se almacena bien, puede durar de 1 a 2 años. El frijol, hasta un año. El chile y calabaza, hasta 2 o 3 años si se mantiene seco y sin luz. Pero entre más rápido se use, mejor. La semilla también “se cansa”. Mientras más tiempo pase, menos fuerza tiene para brotar.

Intercambiar, rotar, compartir: otra forma de conservar

En muchas comunidades, los productores no solo guardan su semilla. También la intercambian. Se reúnen en mercados o encuentros de milperos, y cambian semilla por semilla. Esto no solo renueva la genética, también evita que una plaga o mal manejo acabe con toda la reserva de un tipo.

Si no puedes guardar todo en casa, busca a un vecino de confianza y hagan red de almacenamiento. Así se protegen entre todos. Lo importante no es solo conservar, es asegurar la continuidad.

Guardar semilla es más que almacenar: es resistir

En tiempos donde todo se compra y se olvida, conservar tu propia semilla criolla es un acto de resistencia. No hace falta tecnología de punta. Hace falta respeto, paciencia y saber mirar. Lo que hoy guardas en una botella o en una olla puede ser la base de la siembra del año que viene. Y también, la prueba de que el campo puede sostenerse sin pedirle permiso a nadie.

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