Crisis del Aguacate Criollo en Comonfort: Retos y Estrategias de Reactivación

December 2, 2024, Agricultura Opinión

Crisis del Aguacate Criollo en Comonfort: Retos y Estrategias de Reactivación

Comonfort, Guanajuato. – Hace más de cuatro décadas, el paisaje agrícola de Comonfort era dominado por extensas plantaciones de aguacate, con cerca de 4,000 hectáreas dedicadas a este cultivo. Hoy, esa realidad ha cambiado drásticamente: la superficie cultivada se ha reducido a menos de 100 hectáreas, evidenciando una crisis en la producción de este preciado fruto.

Valentín Morales, presidente de la Asociación de Productores de Aguacate en Comonfort, señala que esta caída responde a una falta de organización y a la carencia de estrategias clave en áreas como la administración, comercialización y distribución. “No hemos logrado consolidar un sistema eficiente. Hace falta un centro de acopio que nos permita regular los precios y competir en el mercado nacional”, comenta Morales, quien insiste en la necesidad de reestructurar el sector.

Competencia y cambios en el mercado

En los años 90, el panorama cambió con el auge del aguacate Hass, principalmente en Uruapan, Michoacán, que se consolidó como líder en producción y exportación. Mientras el Hass ganaba mercados internacionales por su sabor y durabilidad, el aguacate criollo de Comonfort, caracterizado por su cáscara delgada y su origen nativo, perdió atractivo comercial.

“Comonfort llegó a ser considerado el mayor productor de aguacate en México, especialmente de variedades criollas de la raza mexicana. Pero el mercado demandó cada vez más el Hass, relegando a nuestro fruto a un nicho limitado”, explica Morales. Aunque se cultivan más de 30 variedades de aguacate en la región, la producción criolla enfrenta desafíos no solo en aceptación comercial, sino también en rentabilidad: mientras el kilo de aguacate Hass puede alcanzar los 90 pesos, el criollo apenas se vende por 25 pesos, y en ocasiones por menos.

Clima y recursos: otra barrera

El cambio climático también ha dejado huella en esta región agrícola. Las condiciones naturales que alguna vez favorecieron el cultivo de aguacate criollo han cambiado drásticamente. El río Laja, que solía ser una fuente de agua constante para las plantaciones, permanece seco gran parte del año, lo que dificulta el riego y la producción en general.

Pese a estos obstáculos, Morales destaca que el aguacate criollo no ha perdido completamente su relevancia. “En algunos restaurantes están reconociendo su calidad y autenticidad, pero necesitamos posicionarlo mejor y hacerlo más rentable para los productores”.

Un llamado a la reactivación

Ante este panorama, los productores locales están impulsando iniciativas para recuperar parte del terreno perdido. La implementación de programas de capacitación en administración, la mejora en los sistemas de distribución y la promoción de las cualidades únicas del aguacate criollo son algunas de las estrategias planteadas.

“Es un esfuerzo que requiere apoyo de todos: productores, autoridades y el mercado. Tenemos un producto valioso, pero necesitamos hacerlo competitivo”, concluye Morales.

La historia del aguacate en Comonfort es una muestra de los retos que enfrentan las regiones agrícolas tradicionales ante los cambios de mercado, las transformaciones climáticas y la globalización. Sin embargo, también refleja la tenacidad de los agricultores, que no pierden la esperanza de revitalizar este emblemático cultivo.

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