Enfermedades respiratorias en ganado: pérdidas invisibles que se multiplican
May 31, 2025, Ganaderia Noticias

Enfermedades respiratorias en ganado: pérdidas invisibles que se multiplican
Cuando se habla de salud animal en el campo, lo primero que viene a la mente suelen ser parásitos, problemas digestivos o lesiones visibles. Pero hay un enemigo silencioso que genera pérdidas económicas graves sin que el productor siempre lo detecte a tiempo: las enfermedades respiratorias en el ganado.
Este tipo de afecciones no solo afectan a bovinos, también a porcinos y ovinos, especialmente en regiones donde el clima varía drásticamente entre estaciones. Aunque en muchos casos los animales no mueren, su rendimiento baja, el engorde se estanca y los tratamientos se encarecen.
¿Por qué son tan frecuentes en México?
Las enfermedades respiratorias en el ganado se presentan por una combinación de factores ambientales, sanitarios y de manejo. En regiones donde la humedad se combina con polvo, viento o cambios bruscos de temperatura, el sistema respiratorio de los animales se vuelve más vulnerable.
Además, la falta de instalaciones adecuadas, corrales sin ventilación o saturados, y deficiencias en la vacunación preventiva, hacen que cualquier infección se propague rápidamente.
En explotaciones intensivas, el riesgo se incrementa por el estrés que sufren los animales al estar en espacios reducidos o transportarse largas distancias sin el cuidado necesario.
Los síntomas que muchos pasan por alto
Las enfermedades respiratorias no siempre se presentan con signos alarmantes. Al principio pueden parecer resfriados leves o tos pasajera. Pero detrás puede haber bacterias como Mannheimia haemolytica, Pasteurella multocida o virus como el de la parainfluenza tipo 3.
Algunos síntomas comunes:
- Tos persistente o esporádica.
- Secreción nasal excesiva o con color.
- Fiebre ligera.
- Disminución del apetito.
- Letargo o desánimo.
- Rendimiento de engorda inferior al esperado.
En muchos casos, estos signos se confunden con “bajas normales” o se ignoran hasta que el lote completo está afectado.
Costos que no siempre se ven
Las enfermedades respiratorias no siempre matan al animal, pero generan pérdidas económicas reales:
- Mayor consumo de medicamentos.
- Días extra para alcanzar el peso objetivo.
- Reducción en la calidad de la carne o leche.
- Mayor mortalidad en animales jóvenes.
- Gasto en veterinarios o diagnósticos tardíos.
Un solo animal afectado puede generar pérdidas de cientos de pesos. En una engorda o corral con decenas de cabezas, las cifras se disparan.
Prevención: la clave olvidada
La mejor forma de enfrentar las enfermedades respiratorias en ganado no es curarlas, sino prevenirlas. Y eso implica más que tener un botiquín a la mano. Las buenas prácticas incluyen:
- Vacunación completa: seguir el calendario adecuado para virus y bacterias respiratorias.
- Manejo sanitario correcto: evitar el hacinamiento, limpiar corrales, reducir el polvo y mantener buena ventilación.
- Separar animales nuevos: todo bovino que se integre al hato debe pasar por un periodo de observación.
- Evitar estrés: el transporte, el clima extremo o los cambios bruscos en la dieta afectan el sistema inmunológico.
Los veterinarios recomiendan también ajustar el plan sanitario según la zona geográfica, el clima y el tipo de explotación. No todo lo que sirve en el norte funciona igual en el sur.
¿Y si ya están enfermos?
Si se detectan síntomas respiratorios en animales, lo más importante es actuar rápido. El diagnóstico temprano evita complicaciones mayores. Se deben aplicar antibióticos específicos si la causa es bacteriana, o tratamientos de soporte si es viral.
No se recomienda automedicar ni usar antibióticos genéricos sin receta veterinaria. El mal uso de medicamentos solo encarece el tratamiento y genera resistencias peligrosas para el futuro.
Ganado lechero: un caso aparte
En explotaciones lecheras, una vaca con problemas respiratorios baja su producción casi de inmediato. Además, la calidad de la leche también se ve afectada por el uso de medicamentos, lo que puede generar rechazos en el mercado formal.
Por eso, los establos bien manejados priorizan la salud respiratoria desde el nacimiento del becerro. Las instalaciones, el control de humedad y la nutrición equilibrada juegan un papel clave.
Lo invisible también cuesta
Muchos productores subestiman las enfermedades respiratorias porque no siempre matan al animal, y porque no hay sangre ni fracturas. Pero son una de las principales causas de pérdidas en unidades de producción intensiva.
La prevención no es gasto, es inversión. Vacunar, mantener condiciones adecuadas, observar síntomas desde el principio y contar con asesoría veterinaria constante puede significar la diferencia entre un ganado sano o uno que “sobrevive, pero no produce”.
Porque en el campo, lo que no se ve… también se paga.
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