Ganado criollo mexicano: resiliencia genética ante el cambio climático

Ganado criollo mexicano: resiliencia genética ante el cambio climático

En el debate sobre el futuro de la ganadería en México, el ganado criollo suele pasar desapercibido frente a razas importadas de alto rendimiento. Sin embargo, en un contexto de cambio climático, escasez de agua, aumento de temperaturas y variabilidad ambiental, las razas criollas podrían tener una ventaja crítica: su capacidad de adaptación genética a condiciones extremas.

Lejos de ser una reliquia del pasado, el ganado criollo representa una reserva genética única que ha evolucionado por siglos en ecosistemas mexicanos. Su rusticidad, resistencia y bajo requerimiento de insumos lo convierten en un aliado estratégico para una ganadería más sostenible.

¿Qué entendemos por ganado criollo?

El ganado criollo mexicano es el resultado de siglos de adaptación local a partir del ganado traído por los colonizadores españoles en el siglo XVI. A lo largo del tiempo, estas razas se mezclaron con el entorno, dando origen a variedades únicas con características propias.

Entre las razas criollas más reconocidas están:

• Raza Chinampo: originaria de Sonora, resistente a climas secos y calurosos.
• Raza Criolla de Chiapas: adaptada a zonas tropicales con alta humedad.
• Raza Criolla Tarahumara: criada en terrenos montañosos del norte del país.

Estas razas no compiten en volumen con razas como la Holstein o Brahman, pero sí en eficiencia, adaptación y bajo costo de mantenimiento.

Ventajas adaptativas frente al cambio climático

El cambio climático ya está afectando al sector ganadero: aumento de temperaturas, reducción de pastizales, aparición de enfermedades emergentes y mayor estrés térmico. Frente a eso, el ganado criollo presenta ventajas significativas:

• Mayor tolerancia al calor: fisiología adaptada a climas extremos.
• Menor requerimiento hídrico: sobrevive con menos agua que razas importadas.
• Dieta flexible: aprovecha mejor forrajes nativos y de baja calidad.
• Resistencia a enfermedades locales: inmunidad natural a patógenos comunes en el trópico y zonas áridas.

Estas características no solo son clave para la supervivencia del animal, sino también para la rentabilidad del productor en regiones vulnerables.

¿Por qué se ha dejado de criar ganado criollo?

La ganadería industrial ha priorizado razas de alto rendimiento, como el ganado cebú, angus o charoláis. Estas razas producen más carne o leche en condiciones ideales, pero requieren mayor inversión en alimentación, medicamentos, instalaciones y manejo técnico.

Además, la presión de mercado ha llevado a muchos ganaderos a abandonar razas criollas, considerándolas poco rentables o “atrasadas”. Sin embargo, esa visión no toma en cuenta el costo-beneficio real en sistemas extensivos, ni el valor ecológico y genético de estas razas.

Conservación genética: una tarea urgente

La FAO ha advertido que muchas razas criollas están en riesgo de desaparecer. La pérdida de esta diversidad genética sería irreversible y pondría en peligro opciones futuras de adaptación ganadera frente a climas extremos o nuevas enfermedades.

En México, instituciones como el INIFAP (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias) y algunas universidades realizan programas de conservación in situ y bancos genéticos. Sin embargo, el apoyo gubernamental sigue siendo limitado y muchos ganaderos carecen de incentivos para mantener estas razas.

Ganadería sustentable con base criolla

1. Bajos costos de producción

El ganado criollo se adapta mejor a sistemas de pastoreo extensivo y no requiere alimento balanceado, hormonas ni grandes inversiones en infraestructura.

2. Integración con sistemas agroecológicos

Puede convivir con prácticas como rotación de potreros, reforestación, policultivos o captación de agua, sin generar degradación ambiental.

3. Mejora del bienestar animal

Son animales más tranquilos, menos susceptibles al estrés y con mayor longevidad reproductiva.

4. Oportunidades de mercado

Productos derivados del ganado criollo —carne, leche, cuero— pueden posicionarse en nichos de mercado diferenciados por su origen, sostenibilidad y calidad nutritiva.

¿Cómo revalorizar al ganado criollo?

• Capacitación: formar a productores sobre el manejo y beneficios del ganado criollo.
• Investigación: invertir en estudios sobre su productividad, trazabilidad y adaptación genética.
• Políticas públicas: crear programas de apoyo e incentivos para su conservación y mejoramiento.
• Promoción comercial: generar sellos distintivos y campañas de consumo responsable.

Una ganadería del futuro con raíces en el pasado

El ganado criollo mexicano no es un rezago del pasado, sino una herramienta clave para enfrentar los desafíos del futuro rural. Su valor no reside en competir con modelos intensivos, sino en ofrecer una alternativa resiliente, económica y sostenible para millones de productores que trabajan en condiciones difíciles.

En tiempos donde la ganadería enfrenta críticas por su impacto ambiental y su vulnerabilidad climática, mirar hacia el ganado criollo puede ser un acto de innovación con base en la tradición. Revalorizarlo es apostar por una ganadería con identidad, futuro y sentido común.