La exportación de ganado: oportunidad y desafío para México

January 2, 2025, Ganaderia Opinión

La posible reanudación de la exportación de ganado a Estados Unidos a finales de enero trae consigo una mezcla de alivio y reflexión para los estados del norte del país, como Coahuila, Chihuahua y Sonora. Según Jesús María Montemayor Garza, Secretario de Desarrollo Rural en Coahuila, este avance permitirá a los ganaderos volver a acceder al mercado de carne más grande del mundo, un beneficio evidente para el sector. Sin embargo, detrás de esta noticia optimista yace una cuestión más profunda sobre las vulnerabilidades y desafíos que enfrenta la ganadería mexicana.

Por un lado, es innegable que la suspensión temporal de las exportaciones, provocada por la detección de gusano barrenador en un animal de Chiapas, evidenció la importancia de reforzar los controles sanitarios y la vigilancia en todo el país. Aunque el problema no se detectó en Coahuila ni en otros estados del norte, las restricciones impuestas por las autoridades estadounidenses dejaron claro que una sola falla en el sistema puede tener consecuencias significativas a nivel nacional.

Este episodio debe servir como un llamado de atención. ¿Por qué no se contaba ya con medidas preventivas robustas en todo el país? ¿Por qué esperar a que se presenten crisis como esta para actuar? La ganadería es una de las actividades económicas más importantes en México, y su sostenibilidad depende de garantizar que los estándares sanitarios no solo cumplan con los requisitos internacionales, sino que también protejan la calidad y el prestigio del producto mexicano.

Además, es necesario reflexionar sobre el “costo de oportunidad” que han enfrentado los ganaderos debido a esta suspensión. Como señaló Montemayor Garza, muchos productores se vieron obligados a vender su ganado en el mercado local, perdiendo hasta un 30% de sus ingresos potenciales. Aunque el impacto no fue devastador gracias a las buenas condiciones climáticas que permitieron mantener al ganado en los ranchos, no todos los años serán igual de generosos con las lluvias ni todos los productores tendrán la capacidad de esperar.

La situación también pone sobre la mesa la necesidad de diversificar los mercados para los productos ganaderos mexicanos. Dependemos demasiado del comercio con Estados Unidos, y aunque este mercado es atractivo por su tamaño y cercanía, depender de un solo socio comercial nos hace vulnerables. ¿Qué pasaría si futuras restricciones se prolongaran o si surgieran nuevos conflictos comerciales?

Por otro lado, la suspensión temporal también nos recuerda que los problemas en un estado pueden tener repercusiones en toda la nación. Esto subraya la importancia de una política ganadera nacional sólida y coordinada, que no solo aborde las necesidades inmediatas, sino que también se enfoque en la prevención y el fortalecimiento a largo plazo del sector.

La reapertura de las exportaciones, si se logra en las próximas semanas, será una buena noticia para el sector ganadero y para la economía de los estados del norte. Sin embargo, sería un error conformarnos con volver a la normalidad sin aprender de esta experiencia. Es momento de priorizar la sanidad, diversificar mercados y construir un sistema ganadero que no solo sea competitivo, sino también resiliente ante futuras crisis.

Porque al final, más allá de cruzar fronteras, lo que realmente importa es asegurar que el campo mexicano siga siendo una fuente de orgullo, trabajo y prosperidad para quienes dependen de él.

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