Producción de agave fuera de control: impactos ambientales y presiones sobre ejidos
June 7, 2025, Agricultura Noticias

Producción de agave fuera de control: impactos ambientales y presiones sobre ejidos
El auge del agave en México, impulsado por el crecimiento global del tequila y el mezcal, ha detonado una expansión acelerada de cultivos en regiones como Jalisco, Oaxaca, Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí. Si bien representa una oportunidad económica para muchas comunidades, también ha traído consigo impactos negativos que amenazan la biodiversidad, el equilibrio social en los ejidos y la sostenibilidad del recurso.
La demanda internacional de bebidas tradicionales mexicanas ha convertido al agave en una especie estratégica. Sin embargo, su producción intensiva, desregulada y muchas veces promovida por grandes corporativos, está generando serias consecuencias ambientales y conflictos agrarios. El campo mexicano se enfrenta a una encrucijada: aprovechar el boom del agave sin repetir los errores del monocultivo y la sobreexplotación.
Expansión sin límites: monocultivo de alto impacto
En municipios de los Altos de Jalisco, se ha triplicado la superficie sembrada con agave en menos de una década. En Oaxaca, se han documentado prácticas similares en zonas donde antes existía agrobiodiversidad milenaria.
El problema radica en el modelo de producción:
- Monocultivo extensivo: grandes parcelas sembradas únicamente con agave, sin rotación ni policultivo.
- Uso intensivo de agroquímicos: para controlar plagas y malezas, afectando suelos y cuerpos de agua.
- Ausencia de cobertura vegetal: que acelera la erosión y reduce la captación de agua de lluvia.
Este modelo, diseñado para maximizar la producción, pone en riesgo los ecosistemas locales y la viabilidad a largo plazo del propio cultivo.
Impacto ambiental directo
La producción desmedida de agave ha provocado:
- Deforestación: en zonas de selva baja, bosque mesófilo o áreas protegidas.
- Pérdida de fauna: muchas especies polinizadoras pierden su hábitat por el cambio de uso de suelo.
- Contaminación por vinazas: el residuo líquido del proceso de destilación que, mal manejado, contamina cuerpos de agua.
- Sobreexplotación de acuíferos: algunas zonas recurren al riego para agave, agotando pozos comunales.
En varias regiones, los efectos ya son visibles: suelos degradados, arroyos secos y menor presencia de vida silvestre.
Presión sobre ejidos y comunidades
Los precios atractivos del agave han llevado a que muchos ejidatarios arrienden sus tierras a empresas o intermediarios. Aunque en el corto plazo reciben ingresos, en muchos casos pierden el control sobre su territorio.
Problemas frecuentes:
- Contratos opacos: sin claridad legal ni protección para el ejidatario.
- Pérdida de tierras comunes: áreas comunales convertidas en plantaciones privadas.
- Desplazamiento de cultivos alimentarios: se deja de sembrar maíz, frijol o hortalizas para priorizar agave.
- Conflictos internos: entre familias o grupos dentro del ejido por decisiones sin consenso.
En Oaxaca, ya se han documentado tensiones entre productores tradicionales de mezcal y grandes marcas que intentan imponer modelos industriales sin respetar los procesos comunitarios.
El caso del mezcal: entre tradición y mercado
El mezcal artesanal ha sido durante siglos una bebida ligada a prácticas sostenibles, respetuosas del entorno y basadas en agaves silvestres. Hoy, el crecimiento de la demanda ha llevado a que se talen agaves silvestres sin planes de manejo ni reforestación.
Algunos productores, buscando satisfacer el mercado, cosechan agaves antes de su madurez, lo que compromete la calidad y la viabilidad del ecosistema. Además, la certificación oficial del mezcal deja fuera a muchos pequeños productores por no cumplir requisitos burocráticos o no querer alterar su método tradicional.
¿Qué alternativas existen?
1. Producción agroecológica de agave
Implica sembrar agave en policultivo, sin agroquímicos, respetando los ciclos de la planta y cuidando la cobertura vegetal. Esta práctica mejora el suelo, reduce plagas y aumenta la resiliencia del ecosistema.
2. Certificaciones comunitarias
Algunas comunidades han creado sellos locales que garantizan procesos artesanales, sustentables y socialmente responsables. Estos sellos pueden ser una alternativa a las denominaciones oficiales.
3. Regulación del arrendamiento ejidal
Revisar y fortalecer los contratos entre empresas y ejidatarios para evitar abusos. Los núcleos agrarios deben contar con asesoría legal y tomar decisiones en asamblea, no de forma individual.
4. Reforestación con agave silvestre
Programas de restauración ecológica que integren el agave como especie clave, sin fines exclusivamente comerciales, pueden ayudar a recuperar zonas degradadas.
El futuro del agave debe ser sostenible o no será
El agave es parte de nuestra identidad cultural, ecológica y económica. Pero convertirlo en un cultivo industrial sin límites puede llevar a la ruina de las comunidades que hoy dependen de él.
Es necesario equilibrar la producción con el respeto al territorio, el medio ambiente y las formas de vida rurales. Apostar por un agave sostenible no solo significa conservar la planta, sino todo el entramado social, ambiental y cultural que la rodea.
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